Cuando plantas una semilla, plantas una promesa. Lo mismo podría decirse de los aforismos. He aquí un puñado de ideas volanderas destinadas a sembrar en la conciencia de los lectores la simiente de la esperanza. Estos tratados del tamaño de una frase pretende ayudarles a imaginar un futuro diferente al que parecemos condenados por la emergencia climática y el control tecnológico.
Podría ser útil empezar aclarando a que me refiero con ese neologismo: Aprendívoros, que da título a mi último libro y con el que se cierra la trilogía iniciada con la publicación de Jardinosofía y prolongada con Verdolatría. Con este adjetivo inventado intento llamar la atención sobre nuestra condición de eternos aprendices.
En un momento en el que se impone la distancia social, limitados los viajes a parajes lejanos, y con algunos parques cerrados temporalmente, nos vemos limitados a visitarlos a través de la pantalla de un dispositivo digital. Reflexionamos hoy acerca de los Ciberjardines.
Muchas son las voces que apuntan al árbol como elemento clave vertebrador de ciudades habitables, o mejor, bosques habitados, posibles, con mucho por hacer en este sentido. Reamueblar nuestras cabezas, crear conciencia social de la necesidad. En esta ocasión Santiago, en una reflexión serena y muy esclarecedora, nos transmite la importancia de tomar consciencia de ello y reclamarlo a través de la sociedad civil.
El arte y la naturaleza. La mujer y la composición artística: Recreándose en la composición artística, Santiago Beruete nos conmueve en este maravilloso texto publicado con el mismo título en CLARÍN. Revista de Nueva Literatura nº 145 (Enero-febrero del año 2020). Figuras de la talla de Paul Klee, Frida Kahlo y Georgia O'Keeffe, emblemáticas y singulares que inspiraron parte de sus creaciones en la naturaleza. Síéntate delante de un té o junto a un café y disfruta con su lectura.
El árbol, un maestro de vida, una idea inspiradora que nos ofrece en su relato de hoy Santiago Beruete.
Un paseo por la evolución de los jardines, hasta nuestra época y en lo que vendrá. El jardín, y el hombre, evolucionando temporalmente de la mano. Arte, filosofía, y tecnología. Un placer para el disfrute.
Una de las más hermosas historias que se ha contado la humanidad para no perder la fe en el futuro y no morir de la verdad, como diría Nietzsche, es la visión de la Tierra como un organismo vivo, autónomo y autorregulado, del cual formamos parte y del que dependemos para sobrevivir. (...)
Santiago nos entrega una bella reflexión en esta primera entrega aproximando la filosofía al verde, o al contrario, como ya lo hizo en Verdolatría y Jardinosofía, destilando una bella reflexión filosófica del retorno de los bulbos floridos con la primavera. Maravillosa forma de comenzar.