Naturaleza urbana en sociedad

Una literatura de nuestro tiempo

Cada periodo histórico ha contado con un género representativo. La literatura pastoril lo fue del Renacimiento como el teatro del Barroco, la poesía lírica del Romanticismo, la ficción gótica del Neoclasicismo o la novela realista de la Revolución industrial. La liternatura o, como se le conoce en el mundo anglosajón, la "nature writing" triunfa en nuestra época, marcada por la celeridad tecnológica y la entropía climática.

Su auge guarda una estrecha relación con la catástrofe medioambiental en curso y la amenaza existencial que supone el calentamiento global antropogénico. Al igual que la crisis ecológica, la liternatura tiene sus orígenes en la emergencia de la sociedad industrial. 

Desde mediados del siglo XIX ven la luz una serie de libros precursores de esta nueva sensibilidad hacia la naturaleza, que ya no se percibe como amenazante o divina sino como catártica y una fuente de placer y sentido. Las textos fundacionales de este tipo de escritura, que responde a la llamada de lo salvaje, son Naturaleza (1849) de Ralph Waldo Emerson, Diario rural (1850) de Susan Fenimore, Walden o la vida en los bosques (1854) de Henry David D. Thoreau y los escritos de John Muir.  Detrás de todas esas obras de muy distinta índole y ambición late un mismo anhelo de reencuentro con la propia naturaleza a través de la Naturaleza. Ese afán no ha cesado de crecer con el paso de los años y todo invita a pensar que irá a más.  Cuanto más superpoblado esté el mundo y mayor sea la concentración urbana, también será mayor el deseo de retornar a la tierra y más intensa la veneración por la naturaleza.

Se podría llenar una biblioteca entera solo con los títulos de liternatura que han visto la luz recientemente. En sus anaqueles se juntaría una mezcla adúltera de crónicas, novelas, estudios de campo, poemarios, ensayos, textos dramáticos y demás, pero con un propósito común: explorar los vínculos del animal humano con los otros seres con quienes compartimos este jardín terráqueo. Con independencia de su género y estilo en todos esos libros se percibe el aliento de la naturaleza. Esta no constituye un decorado, un escenario o un telón de fondo sino la genuina protagonista de la acción. Sus autoras y autores cuentan historias sobre bosques, jardines, huertos, desiertos, montañas, ríos, islas remotas… donde las plantas y los animales se convierten en interlocutores válidos para sostener un diálogo introspectivo. Toda la liternatura reitera la idea de que, si quieres conocerte a ti mismo, debes salir al encuentro de lo no humano. La aventura no consiste en viajar lejos sino en desenmismarse.

He aquí una breve muestra de algunas de las obras de liternatura más relevantes de los últimos tiempos:

1. Lagarta, de Gabi Martínez. Esta crónica, escrita con pulso poético, nos habla de la contradictoria y ambivalente relación que los españoles mantenemos con la naturaleza a través de ocho animales salvajes, no por míticos menos amenazados: el lagarto gigante, la ballena vasca, el urogallo, el bucardo, el lince, el desmán, el murciélago y la cigüeña negra.

2. Un cambio de verdad, de Gabi Martínez.- Esta obra es el relato de un sugerente experimento filosófico, en el que su autor abandona las comodidades de una vida urbana para convertirse en un aprendiz de pastor en La Siberia extremeña. Una aventura de la que volverá transformado. Buena prueba de que los grandes viajes no necesariamente son en el espacio.

3. Todos necesitamos la belleza, de Samantha Walton. Este ensayo erudito y personal, estructurado en ocho capítulos (agua, montañas, bosque, jardín, parque, granja, naturaleza virtual y lugares perdidos), explora los vínculos entre naturaleza y bienestar físico y psíquico, así como la estrecha relación entre la salud del planeta y de las personas.

4. El arte de contar la naturaleza, de Luci Romero. Este breve libro intenta establecer una genealogía y un canon de la nature writing, ofreciendo una visión panorámica de su evolución, desde su origen decimonónico hasta nuestros días.

5. Perdiendo del Edén,  de Luci Jones. Este ensayo, escrito en un tono personal, analiza de forma exhaustiva cómo la alienación respecto al mundo natural es uno de los factores decisivos de la actual crisis de salud mental que aflige a Occidente.  

6. Las virtudes del huerto, de Pia Pera. La mejor manera de procurar la salud del alma tal vez sea «cultivar el propio jardín», siguiendo la propuesta de Voltaire al final del Cándido nos recuerda este sugerente, personal y poético libro de la autora de El huerto de una holgazana.

7. Regénesis, de George Monbiot. La hipótesis de partida de esta obra de no ficción es que la agricultura y la ganadería intensiva representan la principal causa de la degradación de la biosfera. Estas páginas están dedicadas a plantear alternativas viables al mayor reto al que, en la actualidad, se enfrenta la humanidad: cómo alimentar el mundo sin devorar el planeta.

8. Bajo tierra,  de Robert Macfarlane. Un extraordinario descenso, literal y metafórico, a las profundidades de la Tierra, al mundo subterráneo que se extiende bajo nuestros pies. Con una prosa lírica y llena de matices, su autor explora los lazos entre el paisaje y las interrogantes existenciales.

9. Tocar tierra, de Leticia Rodríguez de la Fuente. Una obra autobiográfica y testimonial en la que, sin ambages ni rodeos, se relata en primera persona la génesis de un jardín y la metamorfosis de su creadora. Estas páginas transmiten autenticidad y una verdad propia.

10.La tribu de los árboles, de Stefano Mancuso. Una de las máximas autoridades en el campo de la neurología vegetal recurre por primera vez a la narrativa para recordarnos que los árboles son seres vivos y alertarnos sobre las amenazas que se ciernen sobre ellos.  

Santiago Beruete

Escritor, Filosofo, docente y comunicador

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