Resido en un barrio de periferia de Palma desde hace más de 10 años. Se encuentra en el límite entre lo urbano y lo natural, con toda la riqueza de los espacios de transición. 

La pandemia y el confinamiento nos obligaron al paseo de un kilómetro del entorno de proximidad, y al salir de las restricciones  ampliamos en casa el radio de acción de los paseos de proximidad. El pasado sábado tuvimos la oportunidad de disfrutar de un paseo por este mismo ámbito de la mano de Pep Pomar. Nos acompañó en el paseo, un referente del asociacionismo del barrio, Joan Prats. ¿Porqué este paseo me ha conquistado?

Hablamos con anterioridad cuando publicamos recientemente acerca de la encina milenaria de Lucena de los lugares habitados y de la importancia de la memoria viva, en presente. Lo hacíamos evocando esa pérdida de valor asociado a las historias que se pierden con la pérdida de población en los pueblos deshabitados, a medida que desaparecen los mayores, donde no existe relevo.

En esta ocasión quiero hacerlo poniendo en valor el alcance de todas las personas, desde los organizadores de este certamen anual, a referentes como Pep o Juan, que desde su memoria presente mantienen vivo un pasado rico e impermanente. La actitud desprendida, colaborativa, y positiva resulta sumamente enriquecedora y supone un aliento de enegía positiva en un momento donde reina el "lloverá" y nada parece que funciona. 

Por eso hoy deseo poner en valor dos ideas:

1. La importancia de mantener vivo el legado del pasado, algo tan relegado en la adminsistración, que nos devuelve el sentido del presente y nos ayudaría a tomar decisiones en las intervenciones y reformas que se realicen sobre los espacios públicos.
2. El valor de las personas que aportan a la comunidad, inquietas y curiosas que rescatan y profundizan en la historia de los lugares y la comparten con profanos en un ejercicio desprendido de compartir.

En esta ocasión Pep nos condujo por el barrio de Son Rapinya, explicándonos el origen de este, nos descubrió lugares y junto a Joan nos leyeron su evoución temporal, hablando de familias que lo habitaron y lo habitan, historias y recuerdos. Lo que fue un lugar de veraneo en Mallorca, junto a los primeros residentes no estacionales conformaron lo que hoy es Son Rapinya.

 

Para alguien que gestiona Verde como yo lo que sucedió el sábado es un regalo impagable.

Gracias equipo de Jane's Walk Palma y gracias a todos los Pep y Joan, sois ejemplo y referente.