Naturaleza urbana en sociedad

Introducción de patógenos exóticos de plantas y efectos sobre los ecosistemas

Las invasiones de patógenos exóticos de plantas han ido aumentando durante las últimas décadas y mucho más en los últimos años. Actualmente suponen una amenaza muy significativa a la biodiversidad de los ecosistemas forestales y a su productividad; pero los ámbitos agrícolas y los ornamentales tampoco se escapan a estas invasiones, amenazas y daños asociados.

        Las especies introducidas son consideradas, después de la destrucción del hábitat, como la mayor amenaza a la biodiversidad de la zona afectada. Aunque los efectos ecológicos y económicos de la mayoría de las especies exóticas introducidas son de poca importancia, algunas pueden causar un grave impacto sobre las propiedades funcionales de los ecosistemas vegetales-animales, afectando a las fuentes de alimentos y recursos hídricos, alterando las cadenas tróficas y desplazando poblaciones de especies autóctonas.

        Algunas veces es la actividad del propio organismo introducido quien causa estos efectos y daños sobre la planta (como la oruga perforadora Paysandisia sobre el palmito europeo o el picudo Rhynchophorus sobre las palmeras). Pero en otras ocasiones son los microorganismos asociados (como la bacteria Xylella que utiliza como vector a diversos insectos picadores-chupadores, sobre más de 500 especies vegetales) o bien la conjunción de ambos (como los perforadores Xylosandrus y hongos vasculares asociados, sobre más de 250 especies vegetales).

        Estas introducciones, totalmente “no-intencionadas”, están asociadas con el comercio y de manera muy importante con el comercio de plantas ornamentales y agrícolas. La UE es el mayor importador mundial de plantas, con importaciones que alcanzaron los 1,6 mil millones de euros en el 2014, con un total de 414.580 toneladas de flores y plantas movilizadas. La exportación española de flores y plantas vivas generó un volumen total de 407 millones de euros en el 2018; en cuanto a las importaciones, se alcanzaron los 231 millones de euros.

        Estos patógenos, ya sean enfermedades (como hongos, bacterias, virus o fitoplasmas), o bien insectos fitófagos (picadores-chupadores, defoliadores o perforadores), son transportados de manera inadvertida conjuntamente con su planta huésped o bien con partes de la planta o con sus productos manufacturados. Mientras que la gran mayoría de insectos picadores-chupadores y defoliadores introducidos lo hacen conjuntamente con su huésped (en planta viva), la gran mayoría de insectos perforadores (orugas/larvas y adultos) lo hacen dentro de troncos, maderas o embalajes.

        Afortunadamente, sólo una pequeña fracción de las especies exóticas que llegan a un nuevo ambiente pueden establecerse en él y un porcentaje incluso menor se convierten en patógenos invasores y agresivos, provocando daños en los ecosistemas. Un estudio del 2010 (Aukema et al.) demostró que 2-3 especies de insectos exóticos se establecen cada año en EEUU como nuevas especies y cada 2 años se establecería 1 especie de alto impacto ecológico en medios forestales.

        De todas estas introducciones, la mayoría corresponden a insectos picadores-chupadores (como pulgones, cochinillas, psilas, trips y mosca blanca), seguido de los insectos defoliadores y minadores, y finalmente por los insectos perforadores (coleópteros y lepidópteros). La mayoría de estos insectos picadores-chupadores (pertenecientes a hemípteros) son pequeños y crípticos, lo que los hace difíciles de detectar durante las inspecciones; además, bastantes de estas especies pueden reproducirse mediante partenogénesis, como también pueden hacerlo algunos coleópteros perforadores del grupo de los Scolytinae. Este tipo de reproducción elimina la necesidad del encuentro entre macho y hembra para la fecundación, lo que permite que un único individuo (una hembra) pueda establecerse y desarrollar una nueva colonia de insectos. Para favorecer aún más su dinámica poblacional, algunos de estos insectos partenogenéticos están asociados con elevadas ratios de mutaciones, lo que proporciona variabilidad genética dentro de esta pequeña población, y además pueden presentar un modo de reproducción del tipo haplodiploide, donde la progenie masculina se obtiene a partir de óvulos haploides (“n”) no fecundados, mientras que la femenina lo es por reproducción sexual (son diploides “2n”).

        Los coleópteros perforadores introducidos como especies exóticas representan hoy en día la mayor amenaza para las plantas de las regiones y países con importantes ecosistemas y reservas forestales. Destacan los Buprestidae (como Agrilus), los Cerambycidae (como Anoplophora y Xylotrechus, o Monochamus y su nematodo asociado Bursaphelenchus) y especialmente los Scolytinae del grupo de los Xyleborini (como Xylosandrus y Xyleborus, algunos de ellos asociados con hongos vasculares agresivos para la planta).

        Todo parece apuntar que con el nivel de globalización que se mantiene actualmente, con el aumento del comercio y de los viajes, y con la sinergia de un cambio climático cada vez más establecido, estas entradas de patógenos exóticos se incrementarán todavía más en el futuro. Durante 1500-1950 el comercio mundial se concentraba de manera especial entre Europa y América del Norte-Central; así por ejemplo, se habían introducido en América del Norte más de 400 especies de insectos nativos de Europa y que se alimentan de árboles, arbustivas y vegetación leñosa. Pero a finales del siglo XX se incrementa de manera exponencial el comercio mundial (especialmente de Europa y América del Norte) con otras regiones, destacando América del Sur y de manera muy especial con Asia. Los patógenos con más impacto forestal en EEUU durante 2010-2015 fueron los insectos perforadores AnoplophoraAgrilus y diversos Xyleborus, y la enfermedad de la muerte súbita por Phytophthora.

        En otro estudio del 2010 (Kirkendall et al.) se encontraron 19 especies exóticas de Scolytinae-Platypodinae que estarían aparentemente establecidas en Europa (especialmente en Francia, Italia y España), donde 14 especies habían sido introducidas y tendrían expansión potencial y otras 5 especies estarían ya en expansión invasiva. La región mediterránea es pequeña, pero a diferencia de las regiones con mayor latitud, su gran variedad en climas favorece la diversidad vegetal y variedad de ecosistemas; además, las temperaturas más elevadas y los inviernos más suaves favorecen el establecimiento de las nuevas especies de patógenos que se puedan haber introducido.

       Tanto a nivel estatal, como a nivel europeo, existe una normativa especial para controlar y reducir estas introducciones de insectos y enfermedades exóticas para las plantas, destacando los Protocolos de Cuarentena. Se confeccionan listas de patógenos, como las famosas listas A1 y A2 de la EPPO (European and Mediterranean Plant Protection Organization - www.eppo.int). Una vez se ha detectado una introducción, la normativa puede obligar a realizar inspecciones periódicas exhaustivas, con aplicaciones de fitosanitarios y la erradicación (corta, eliminación y destrucción) de las plantas afectadas, con el objetivo de reducir la expansión del patógeno establecido. Estas operaciones incrementan claramente los costes de producción y además dificultan la implementación de los protocolos del control biológico y del control integrado de plagas, sin olvidar que podrían aparecer otros impactos ambientales adversos, asociados a los desequilibrios biológicos-ecológicos producidos. Además, ante algunos de estos patógenos, el transporte de planta viva, troncos y maderas, así como de productos manufacturados, pueden quedar severamente restringidos, limitando la viabilidad de las actividades comerciales asociadas y afectadas por todas estas normativas.

foto-1: Xylella fastidiosa es una bacteria patógena, sin cura conocida, que afecta a un gran número de plantas de interés agrícola, ornamental y forestal (la lista actual asciende a más de 500 especies vegetales). La primera detección en Europa fue en Italia (en la región de la Puglia, sobre olivos) en 2013; la primera cita en España fue en Baleares (sobre cerezos) en el 2016 y luego en Alicante (sobre almendros) en el 2017; foto: www.agricolus.com.

foto-2Paysandisia archon se citó por primera vez en Europa en el 2000 en España (en la provincia de Girona) y en el 2002 en Mallorca; hasta la fecha se ha encontrado en 16 países europeos y está bien establecida en la región mediterránea; debido a su elevado impacto ecológico sobre especies autóctonas, como el palmito europeo Chamaerops y otras palmeras, está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras; foto: JM Riba

foto-3Xylosandrus compactus es un perforador muy polífago y más de 225 especies vegetales son susceptibles de ser atacadas; fue detectada por primera vez en Europa en el 2010 en Italia (región de Campania) y en el 2016 causó graves daños en el Parque Nacional del Circeo (región del Lazio; foto: https://onlinelibrary.wiley.com), afectando gravemente a la maquia mediterránea (encina, durillo, lentisco, algarrobo, laurel).

foto-4Anoplophora chinensis A.glabripennis son perforadores xilófagos que afectan a más de 70 especies forestales y ornamentales, con preferencia para PopulusSalixUlmusBetulaCorylusAcer y Platanus; se han detectado en diferentes países de Europa y actualmente destacan los ataques y la situación invasiva en Italia; foto: Pennsylvania Department of Conservation and Natural Resources.

foto-5: el nematodo de la madera del pino (Bursaphelenchus xylophilus), originario de EEUU, produce una grave enfermedad, el decaimiento súbito del pino; para su propagación se necesita a un insecto vector, el cerambícido perforador Monochamus (presente en la fauna europea); el nematodo fue detectado en Europa en el 1999, en Portugal y actualmente supone una grave amenaza para las masas de coníferas y para el comercio internacional de madera; foto: USDA Forest Service.

Josep Maria Riba

Doctor Biólogo-Entomólogo, especialista en Fitopatología Ornamental y Forestal, Asesor experto y docente

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