El film retrata la pérdida del legado verde, a través de los personajes, la pérdida de olivos centenarios, comercializados a través de Viveros, transportados miles de kilómetros y acabando atesorados como trofeos en países ajenos al nuestro, con la pérdida de legado y paisaje para las generaciones futuras. Invita a la reflexión.
Gracias Icíar por visibilizar este trasiego y descapitalización del patrimonio verde.
Os invito a disfrutar con esta cinta, una película que retrata el sentido de la vida desde la perspectiva de su protagonista, un soltero acomodado. Mas allá del argumento, que os gustará o no, resulta un recreo para los sentidos, el de la vista a través de los escenarios de Roma, las terrazas de sus áticos en la ciudad vieja, sus jardines y paisajes urbanos, unido al recreo de la banda sonora, que te sumerge aún más en la mezcla de sus esencias.
Encontrar tu lugar en el mundo, ser fiel a tí mismo, vivir conforme a tus principios, a veces la vida nos moldea con el paso de tiempo, y nos hace distintos a lo que fuimos. El amor del protagonista por una tierra y una comunidad en la que cree, con serias dificultades para salir adelante. Los paisajes agrestes, las dificultades para sobrevivir en un medio hostil condicionado por interereses de terratenientes. Un placer que te aproxima a una naturaleza no urbana, tan bella o más si cabe por su comlejidad.
La visión de un niño y su relación con su maestro que lo cautivó con la naturaleza, en una época convulsa, el verano que le dió la vuelta a la España de otra época. Imperdible, especialmente en lo relativo al blog, por plasmar como el contacto con la naturaleza te sumerge y se aprende, de otro modo. Un homenaje a los maestros de escuela apasionados.
Una película para disfrutar en familia, que al margen de ciertos tópicos y un final predecible, dibuja maravillosamente bien el placer de la no intervención, y el equlibrio del bosque, en una trama que te mantiene pendiente. Disfrutarás con las imágenes que te evocan lo natural no intervenido, donde el hombre convive sin alterar su equilibrio.
Una historia para niños, cuando la tristeza inunda una familia tras pérdidas irremplazables, la Naturaleza, la amistad y el sentimiento de pérdida compartido pueden conseguir rescatarte del agujero más profundo. Sobre una finca de clima gris, lluvioso y oscuro, sobrevive un jardín secreto de especies imposibles y clima maravilloso. A caballo entre la relidad y la ficción, habla de sentimientos y superación. Personalmente, y quizás porque no se aparta tanto de una parte de mi infancia, (y no hablo de la mansión) la he disfrutado mucho y a Martina, mi hija, le ha encantado. Eso sí, al salir, me ha insistido en lo de tener un perro. Aviso.