Naturaleza urbana en sociedad

Comunicar desde la emoción

Llevo días pensando en como exponeros esta idea. Para los profesionales que desarrollamos nuestra actividad en el plano de la infraestructura verde, existen momentos importantes de conexión íntima con las emociones, claves en el éxito del proyecto.

Para los que accedéis al blog por primera vez, os recordaré que trabajo en el servicio de parques y jardines de un ayuntamiento de una ciudad de tamaño medio. Desde mi perspectiva, os presento alguno de esos momentos:


1. Como actores, en el proceso de creación y diseño de un nuevo espacio. Es el momento creativo de inspiración y  composición que, junto a la búsqueda de soluciones técnicas eficaces para el disfrute posterior de un jardín público practicable, plenamente empleado y que permita ser bien conservado sin morir en el intento. Para mí este proceso es arte,  que se concreta con la materialización  de la idea.


2. Como Perceptores o usuarios,  existe emoción en el disfrute posterior del espacio. Conozco parques públicos espectaculares, creados con materiales y diseños casi imposibles,  y sin uso posterior por parte de los usuarios. Conozco otros espacios recogidos, trabajados en la idea creativa con formas simples y materiales naturales, que consiguen espacios que acogen e invitan al disfrute, pasando en ocasiones desapercibidos.


Hoy en día más que nunca, ya constatado que el ser humano sigue vinculado a la naturaleza, con estudios sólidos que persuaden de que estar o disfrutar frecuentemente de estos espacios de proximidad en lo urbano, mejoran nuestra salud en general y nos serenan, nos hacen felices. Espacios para la lectura, para el silencio, para pensar, para pasear, para jugar, para estar, son hoy la clave. Lo explica de forma maravillosa Richard Louv en su título Los últimos niños del bosque. De igual modo recoge la idea de cómo, ese espacio de proximidad, o el árbol que ves desde tu ventana, te acompaña en tu recorrido de vida y se convierte en algo tuyo, formando parte de tu vínculo natural de proximidad. 


Pero, ¿Qué sucede cuando necesitamos transformar los espacios, y en el peor de los casos retirar arbolado, o sustituirlo? Lo describen diversos autores, la pérdida de esa vegetación, esa parte natural apropiada genera una pérdida y un sentimiento de duelo que cuesta procesar y se vive como tal. Además, la sociedad reactiva que cuestiona cualquier planteamiento que parta de la administración, si además va de la mano de una falta de comunicación, se convierte en una batalla que desangra al técnico que determina la necesidad pero no ha sido formado en la necesidad de comunicar las actuaciones, y menos aún en acompañar en los tiempos que se requieren para la despedida. En otros casos,  se atiende a presiones de grandes colectivos a la contra, con voluntad de notoriedad u otras razones, aún habiéndoles sido trasladado las motivaciones  en tiempo, forma y contenido, y sin voluntad de entender, han frenado actuaciones acertadas.
 

Para ello requerimos desde ya grandes dosis de tolerancia, voluntad de comprensión, confianza en una administración que acometa los proyectos desde proyectos sólidos bien pensados y con ausencia de improvisación; Como funcionarios y profesionales libres estamos obligados a reciclarnos en nuevas técnicas de nuestro campo profesional, y más aún de comunicación, más allá de nuestros conocimientos profesionales; la clave está en hacer buenos proyectos, y saber comunicarlos.

Como ciudadanos estamos obligados a hacer nuestros los espacios, respetarlos, cuidarlos haciendo buen uso de ellos, y a confiar en las apuestas de mejora; y más aún,  si detrás hay argumentos sólidos de proyectos bien planteados de bien común y mejora de la colectividad. Lo individual, salvo si se trata de un bien patrimonial, lo de cerca de mi casa o de lo que ello significa para mí no debería frenar un buen proyecto. 

En un momento donde prima lo individual, y el postureo en las redes sociales con sus “likes”, creo que nos debemos responsabilidad desde ambas partes para dejar a los que vendrán algo mejor que lo que recibimos. En nosotros está.

Un último apunte relacionado. En la labor de  comunicar  decisiones que tienen que ver con las emociones, queremos explicaciones de líderes, personas. Una nota de prensa, es un elemento frío que no alcanza a lo emocional. Ponerse delante, que personas transmitan el proyecto consigue mucho más que mil comunicados en redes. El fenómeno Greta Thunberg, la materialización de un líder de carne y hueso que nos transmita emocionalmente la necesidad de las acciones, es algo poco habitual hoy en día, y cobra por ello especial valor. Os dejo junto a esta reflexión un artículo reciente de Anatxu Zabalbeascoa, del blog de El País, del tirador a la ciudad, firmar con el nombre. En el símil de lo relatado, transmitir ideas de conciliación de proyectos de alcance y de pequeño calado pero bien pensados, hacerlo transmitiendo personalmente, y encontrando detrás una firma, aunque sea exponiéndote y saliendo de tu zona de confort. ¿Te apuntas?

 

Inma Gascón

Ingeniero Agrónomo

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